ANTOINE LAVER, de 26 años, hijo del fallecido sexto duque de Anizy y hermano del actual duque, Christopher Laver. Segundón de casa noble se abre camino como militar en la Armada. Aunque tiene una educación aristocrática y es conservador en cuanto a la jerarquía social, tiene una mente pragmática que anuncia el movimiento ilustrado que irrumpirá con fuerza en Francia en el siglo XVIII. (Recordad que estamos en 1697). Estatura media, cabello negro, ojos verdes y facciones correctas. Lleva bigote y perilla a la moda y peluca sólo cuando es necesario.
“Antoine, a sus veintiséis años, era más reflexivo, más inclinado a escuchar que a hablar y esto le investía de un aire de seriedad y severidad que le ayudaba para mantener la disciplina en una nave. Una vez calibradas las circunstancias de cada momento, tomaba una determinación y no vacilaba en llevarla hasta el final, y eso gustaba a los hombres, pues les daba confianza en las misiones”.
GASTÓN LAVER, hermano pequeño de Antoine, aunque de madre diferente de quien ha heredado Blérancourt.
“El duque se desentendió de la crianza de un niño que tenía una pierna más corta que la otra, y se volcó en Christopher, el heredero del título, sobre el que ejerció una férrea disciplina que más adelante se revelaría contraproducente. Antoine, que a sus ocho años ya mostraba una fuerte personalidad, descubrió en su hermano pequeño una inteligencia despierta y una voluntad de vivir parejas a la suya, y decidió ser su guía y protector frente al hostil mundo que rodeaba a los segundones de las grandes casas”.
“Era muy apuesto, había heredado la belleza de su madre, el pelo rubio y los grandes ojos grises, y, a pesar de su padre, el cuerpo robusto de los Laver. En pocos años alcanzaría la complexión del propio Antoine quien, por el contrario, era moreno, de nariz recta y fina, y de ojos verdes rodeados de unas largas pestañas negras”.