El indiano Juan de Abarca Sobrino llegó a Santander en el año 1825, después de la revolución mexicana, participó en la fundación del Banco Santander, fue accionista del ferrocarril de Isabel II e impulsor de la urbanización de El Sardinero. Su hija María Regina se casó con Julio Mora y Varona y, tras enviudar, compró la finca en 1875 y dos años después levantó la Quinta Altamira.
Contrajo segundas nupcias con su cuñado, también viudo, Germán Gamazo y el matrimonio pasó los veranos en la finca en la que recibían a familiares y amigos.
Hoy en día es un conservatorio de música y los jardines están abiertos al público.