Los duques de Anizy desembarcan en la villa de Santander, lugar desde el cual iniciarán su periplo por tierras españolas.
En 1718 las vías romanas siguen en vigor como medio más seguro y rápido para desplazarse por la complicada orografía de la península. Más adelante, hacia mitad de siglo, los caminos se arreglan para facilitar el transporte en carro y se abre el paso del desfiladero de Despeñaperros para facilitar en acceso desde la meseta al sur: será la época de las posadas y ventas reales y el trasiego de los famosos carreteros.
Pero, en el año en el que viajan mis protagonistas, los caminos no están preparados para los carros en muchos lugares, por lo que deciden viajar a caballo. Por otro lado, se tropiezan con la peliaguda cuestión del alojamiento. La nobleza buscaba refugio en las casas solariegas o bien dormían al raso con la numerosa servidumbre que los acompañaba porque no eran aceptados en las ventas, reservadas para los comerciantes y gentes de la comarca, menos exigentes con el servicio y con la comida. Además, tenían fama de malos pagadores.
Paso a destacar las ciudades más importantes en las que pasan una temporada durante su viaje a Sevilla.
SANTANDER
Villa en la que desembarcan para visitar la Real Fábrica de Cañones de La Cavada. Residen durante unas semanas en el Palacio de Elsedo (Pámanes) que había sido terminada su edificación el año anterior.
VALLADOLID
La plaza de San Pablo. A mano izquierda de la fachada de la iglesia de San Pablo se encuentra el palacete en el que nació el rey Felipe II.
La ciudad con forma de barco, en cuya proa destaca el Alcázar, rodeada por los ríos Clamores y Eresma. Se alojan en el palacio de Cascales, a la entrada de la judería.
EL ESCORIAL
Parada obligada para unos viajeros tan relevantes como los duques de Anizy. Es donde se encuentra La Corte que huye de los rigores del verano. Se entrevistan con Felipe V e Isabel de Farnesio.
MADRID
Se alojan en el palacio del marqués de Bedmar, pero, actualmente, no existe.
SEVILLA
Ciudad natal de la duquesa y de su doncella, Teresa. El círculo se cierra: regresan a la ciudad de la que partieron veinte años atrás. Se alojan en el Palacio de Pilatos de los duques de Medinaceli.