ESCENARIO: UTILERÍA O ATREZZO
En todas las novelas es necesario mucha información suplementaria para recrear los ambientes como:
1- Detalles personales: baúles, licoreras, neceseres…
2- Vestuario.
3- Iluminación: quinqués de queroseno, faroles de gas o cerillas.
4- Cocinas económicas.
5- Retretes.
1- DETALLES PERSONALES:
BAÚLES DE VIAJE:
«—Magnífica idea —apoyó Mariela con énfasis y una sonrisa—. Estamos cansados por el traqueteo del coche y la dureza del asiento. Mañana nos encontraremos en forma para instalarnos debidamente. ¿Dónde han dejado los baúles?
—En el cabrete de la tienda —respondió animada Ana, mientras su madre y Marimar trajinaban en la cocina—. ¡Cuántas cosas habéis traído!
Mariela sonrió ante la sinceridad de la muchacha y recordó que tenía su edad, veintitrés años; sin embargo, ella era mucho más vieja en espíritu.
—Cierto. Seleccionaré lo que voy a usar aquí y emplearé uno de los mundos como armario —comentó y se sentó donde le indicaba su tío.
—¿Qué es un mundo? —preguntó Marimar, que entraba con la sopera entre las manos.
—Es un baúl con cajones y colgadores —respondió solícita Mariela.»
«Mariela los ordenó en vestidos de paseo o calle y vestidos de baile, teatro u ópera, y, en un aparte, empleando su armario ropero de viaje, mayor que un mundo, aunque con los mismos compartimentos, exhibía un vestido sencillo color crema y en los cajones se ofrecían cintas y remates diferentes que lo transformaban en distintos modelos: era la estrella de la exposición.»
«Sacó un pequeño maletín de oscura madera lacada que puso frente a él. Lo abrió y descubrió cuatro licoreras de cristal tallado acompañadas de doce copitas a juego. El maletín estaba tapizado por dentro con terciopelo de color vino burdeos.»
«Para entonces, ya estaba de regreso con un escritorio portátil. Se sentó, lo abrió y lo acomodó sobre las piernas. Escogió un plumín y, de un cajón lateral, sacó una hoja. Escogió el tintero que estaba empezado y puso a mano el papel secante.»
«La caja estaba abierta sin signos de violencia.
—Creo recordar que era una Fichet-Bauche, como la de mi familia.
—Está en lo cierto. El teniente cree que el ladrón conocía el código.»
El francés Alejandro Fichet idea la cerradura inviolable en 1829. En 1864 se unió a Augusto N. Bauche creando la famosa empresa de cajas fuertes.
2- VESTUARIO:
«Eso le permitió observarla sin disimulo. El vestido verde con las rosas granates le sentaba de maravilla: abotonado hasta el cuello por el que asomaba el encaje de la camisa, la cual también afloraba en las mangas de tres cuartos, una licencia veraniega; la falda se recogía sobre el polisón y dejaba a la vista una falda crema lisa que quedaba dos dedos sobre el suelo y permitía lucir las zapatillas confeccionadas con la misma tela del vestido. Campestre, clasificó Pablo.»
«Ella destacaba con su traje blanco, de chaqueta ajustada al busto y a la cintura y de falda recta, cruzada por un drapeado que se recogía encima del polisón con un gran lazo de raso negro. Las bocamangas también eran negras a juego con el sombrero y con las solapas en pico que terminaban con una línea de botones y enmarcaban una profusión de blancos encajes bien tiesos para realzar el cuello y el inicio del pecho. Elegante era un adjetivo que se quedaba corto para describirla; regia, le pareció más adecuado, o cosmopolita.»
«Mariela lo dejó sin aire. Lucía un vestido línea princesa en color rosa palo, sin corte en la cintura y ajustado a las caderas y sin mangas, en su lugar, unos largos guantes con muchos botones. El recogido de detrás caía más bajo de la cadera y a partir de ahí surgía una cola de sirena con una gran profusión de encajes.»
«Mariela se había permitido la frivolidad de un ramillete de flores silvestres frescas, que había adquirido de camino a casa, junto al escote cuadrado».
«—Esta noche te lo pruebas y que lo vea la tía. Te paseas con él por la casa para acostumbrarte. La ropa hay que lucirla como si fuera una segunda piel. No temas manchar la cola, hemos añadido por debajo un guardapolvo que se quita y se lava aparte».
Además de los tradicionales quinqués de petróleo, lámparas de lienzo o mecha y faroles de aceite, en las ciudades se empleó el gas. Se instalaron gasómetros (depósitos cilíndricos) que regulaban la presión y lo enviaba a través de cañerías para el consumo a las lámparas y mecheros de gas. El problema del gas fue que emitía un débil resplandor amarillento, olía mal y, en habitaciones pequeñas, calentaba y enrarecía la atmósfera volviéndola irrespirable por lo que no se empleó en los hogares que continuaron con los quinqués de queroseno.
Los faroleros respondían del estado de los faroles asignados y llevaban: un chuzo, un pito, una linterna, una escalera, una alcuza y paños. A partir de 1854 se unifican los empleos de sereno y farolero. En 1850 comienza a emplearse el gas manufacturado para fines industriales y alumbrado público por lo que varían los utensilios empleados: pinzas, encendedor (de aceite o carburo) y escalera.
En Francia, a principios del XIX, Philippe Le Bon inventa la lámpara de gas y la forma (a través de tuberías) de distribuirla. El 24 de junio de 1826 en Barcelona se enciende la primera lámpara de gas en un laboratorio y, en Madrid, en 1832 se inaugura el primer alumbrado público (unas 100 farolas).
A partir de aquí comienza la carrera del alumbrado de gas. En 1841 se convoca el concurso del alumbrado de Barcelona que ganó el industrial francés Charles Le Bon que, en 1843, formó la Sociedad Catalana para el alumbrado de gas (antecesora de la actual Gas Natural FENOSA). Las administraciones públicas de las grandes ciudades, como Málaga, Valencia, Cádiz o Bilbao, lo promueven. El gas se empleó para los motores que favorecieron a algunas empresas (zapateros, panaderos, serradores…) al incrementar la producción o facilitar la tarea.
En Santander, en 1852 se firmó un contrato entre el Ayuntamiento y José Mamby para el alumbrado por gas y se adquirieron los terrenos para instalar el gasómetro (donde hoy día se encuentra la Escuela de Náutica y el Palacio de Festivales). Los primeros ensayos tuvieron lugar los días 22 y 23 de octubre de 1853. El primer local iluminado con gas fue el Café y Fonda de la Europa, donde dice la tradición que se conocieron José María de Pereda y Benito Pérez Galdós. En 1862 se trasfirieron los derechos a la Compañía General de Alumbrado de Gas Lebón.
Las primeras cerillas eran de azufre y ardían al aplicarles una chispa producida por una piedra y acero (chisquero). En 1812 se empleó una alternativa: la cerilla química, que consistía en una astilla con la cabeza cubierta de azufre y una mezcla de clorato de potásico y azúcar. Ardía al entrar en contacto con ácido sulfúrico. Resultó bastante peligroso.
En 1827 el químico inglés, John Walker, inventó el fósforo de fricción y, en 1844, el sueco Pasch lo mejoró creando el fósforo de seguridad que salió al mercado en 1850 y perdura hasta nuestros días.
Un británico, George Bodley, que se dedicaba a la fundición de hierro, patentó en 1802 una cocina de hierro forjado y calentamiento uniforme, provista de chimenea de escape, que se convertiría en el prototipo de cocina económica del siglo XX.
En España principalmente se instalaron dos tipos de cocina, las de hierro fundido, esmaltadas en color negro y decoradas con herrajes de latón, que se conocen como «cocinas negras», y las cocinas de chapa blanca, de menor precio que las anteriores y conocidas popularmente como «cocinas blancas».
Una cocina económica se compone de los siguientes elementos:
- Normalmente en la parte izquierda se ubica el brasero, se trata del compartimento donde se quema el combustible. Se puede acceder a él a través de la boca de alimentación de la parte superior, formada por una serie de anillos de fundición concéntricos, o bien a través de una portezuela en el frontal de la cocina, ésta última no disponible en todos los modelos.
- Debajo del brasero, y comunicado con éste mediante una rejilla se encuentra el cenicero, especie de cajón que recoge las cenizas de la combustión y en cuyo frontal se disponen unas hendiduras que permiten la entrada de aire necesario para una buena ignición.
- Al lado del brasero y el cenicero se encuentra el compartimento que actúa como horno.
- En la parte derecha, algunas cocinas poseen un deposito de agua caliente denominado calderíno paila bien para uso sanitario, bien para alimentar una red de radiadores.
- Todas las cocinas disponen de una chimenea para la evacuación de humos y perpendicular a ésta se desliza una plancha metálica, denominada tiro, que regula la salida de humos.
- Debajo del horno existe un pequeño compartimento comunicado con la chimenea para la limpieza de ésta.
Se trataba de un cubículo (water closed) con un inodoro o asiento con orinal, pues el baño era una habitación aparte y los dormitorios se amueblaban con aguamaniles.
En 1597 John Harington inventó el inodoro con una válvula que accionaba el agua para la reina Isabel I. Sin embargo, no suscitó el interés de la nobleza. Hasta el siglo XIX, en el que la sociedad fue consciente de la importancia de la higiene, no hubo preocupación por la insalubridad de las calles. El 1865, en París instalaron unas letrinas higiénicas y se prohibió defecar en la vía pública. Más adelante fueron perfeccionadas por Jean-Baptiste Mouras y sustituidas por la fosa séptica.
En las casas se instaló el inodoro, algunos con cañería de saneamiento y otros con cubos de arenas hasta 1884, año en que Thomas Crapper ideó un sistema: instaló sobre la taza un depósito de agua con una palanca que liberaba el agua cuando se tiraba de una cadena. Más adelante mejoró su invento con un sifón que permitía que hubiera siempre agua en el fondo para evitar olores. En 1890 se había difundido por toda Europa y las tazas de cerámica se decoraban con diversos motivos.